Juan Manuel Ramírez G.

México,  (EFE).- La cantante mexicana Ely Guerra dedicó los últimos seis años a «Zion», su más reciente disco, una producción completamente vocal, que prácticamente concretó ella sola y que le hizo «tocar fondo», pero con la que también alcanzó momentos sublimes.

En ese lapso y mediante ese singular proceso, Guerra (Monterrey, 1972) cinceló un disco que descubrió aspectos musicales que desconocía de sí misma, lo cual alcanzó mediante una firme disciplina, y que calificó de muy suyo.

«Zion fue una propuesta interior, un llamado en un momento muy específico en el que dije: ‘quiero hacer un disco vocal’, pero no sabía en lo que me metía (…). No tenía la idea de cómo empezar a edificarlo», contó Guerra en entrevista con Efe desde la Ciudad de México.

«Este disco significa mi propia montaña sagrada, mi propio lugar de conquista, ese a donde nadie te puede acompañar, nadie lo puede hacer por ti y solamente tú puedes luchar por él», añadió.

En el disco, Guerra deja ver el poder de su voz como único instrumento donde ejecuta frases, modula sonidos y varía con armonía su canto tanto en frecuencias como resonancias, tonalidades, coloraciones, crujidos, ecos, bullicios, zumbidos, murmullos y silbidos.

La cantautora explicó que el disco, su sexta producción de estudio, lo arrancó «desde un lugar muy intimo y muy solitario».

Eso es «lo que lo hace muy yo», sentencia.

Y recordó que no contó con productor musical o ingeniero de audio, ni hubo otros músicos, por lo que «no cumplió con el proceso natural de hacer un disco».

Dijo que los participantes que regularmente intervienen en la hechura de un disco colaboran con su experiencia y permiten al artista alcanzar una entrega sónica que se ajusta a su personalidad pero también a la de ellos, lo que no ocurrió en «Zion».

«Aquí yo estuve sola haciendo todos los trabajos por lo tanto es muy yo, la entrega se manifiesta de mí y de nadie más», explicó Guerra, quien debutó en 1992 y publicó su primer disco en 1995 con el título «Ely Guerra».

La cantante y compositora descartó que «Zion» sea su disco más personal, porque en los anteriores «todo lo que hice, musicalmente hablando, ha tenido que ver con mi persona».

Sobre los descubrimientos y retos personales que representó concretar un disco sola, la ganadora del Grammy Latino en 2010 dijo que durante un tiempo tomó decisiones como grabar sola, esperar por cierto equipo o probar micrófonos hasta dar con el que se sintiera cómoda «fue un proceso técnico que mereció su tiempo y su espacio».

Relató que el proceso creativo «sin duda, fue muy gozoso» pero al mismo tiempo la llevo por lugares de mucha inquietud, lo que redundó en ansiedad «y esta ansiedad me llevó tocar fondo y sí, llegué a lugares profundamente miserables, pero también a otros profundamente bellos».

En ese sentido, recordó que «la magia» ha perseguido todas sus producciones y «Zion» no es la excepción.

«Hay una entrega en disciplina, porque este disco me obligó a tener otro tipo de disciplina para llegar a su culminación, la cual me alejó de amigos y familia y que me hizo decir que no a todas las invitaciones», explicó.

Guerra, quien presentará su singular obra este fin de semana el, 20, 21 y 22 de septiembre en el centro cultural Roberto Cantoral de Ciudad de México, adelantó que en el escenario la acompañarán otras personas para apoyarla.

«Eso los convierte en intérpretes de este proyecto y eso es superbueno porque se traduce también en otra historia y eso es muy interesante», apuntó.

Señaló que la puesta en escena que ocurrirá en estas presentaciones no se aleja del registro del disco «y permitirá la improvisación y participación del factor el humano, a pesar de la tecnología», ya que se hace una notable mezcla en vivo. EFE

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