Por Juan Colón

Músico y profesor

Santo Domingo. Por qué debe ser tomado en cuenta por nuestros bachateros, merengueros y público en general nuestro grandioso Juan luis Guerra acerca de su aporte por las dos denominaciones que nos permitieron lograr dos patrimonios culturales de la humanidad por la UNESCO?

No hay que ser merenguero ni bachatero para tener el derecho a cantar uno de estos dos géneros musicales, solo se necesita que ambos corran por nuestras venas, y solo es posible cuando se nace dentro de estos 48 mil kilómetros que llamamos República Dominicana.
Cantantes como Maridalia Hernández, Milly Quezada, Jackeline Estévez, han grabado música que no son de sus géneros y nadie puede juzgarlas ni mucho menos condenarlas.
Para nadie es un secreto la dimensión artística de esta mega estrella JLG, como tampoco lo es el alcance que nuestros ritmos bajo su dimensión artística llegaron para abrir las puertas a los grandes exponentes de nuestra música.Negarlo es una necedad como Dominicano, como público, como bachateros y/o merengueros auténticos.

Voy a citar una frase de mi gran amigo y hermano Jeremias Tamarez «Quién deja huellas se gana el derecho a nunca ser olvidado», yo le agrego, la gratitud es la madre de las virtudes. Aquí no hablamos de catalogarlo mejor que nadie, de manera personal me consta el gran respeto que siempre ha tenido por nuestros bachateros y merengueros.
Su aporte nadie lo puede borrar ni denigrar, los hechos hablan por si solo, sus discos ahí están, jamás podrán ser borrados.

Michael Camilo es un gloria musical y nunca ha grabado un merengue y mucho menos una bachata, pero eso no le quita su inmensa grande musical, es un monstruo musicalmente, una joya musical, lo adoramos, respetamos, admiramos, y eso no le quita su aporte ni su herencia de ser dominicano.

Caminé por siete años con este prestigioso Juan Luis Guerra y soy testigo fiel de como llenaba auditorios, salas de concierto, estadios, cantando Bachata y Merengue, nuestros dos ritmos que nos identifican.

No podemos permitir que nuestra mezquindad nos lleve a los extremos de que los propios bachateros, periodistas, (los llamados sabelotodo que solo hablan cuando hay dinero de por medio), ahora lo quieran enterrar, es el precio que se paga cuando logramos tener un astro de tal magnitud, nos duele en el alma.Necesitamos muchos años para aprender a ser honestos con nosotros mismos para aceptar lo que no comprendemos ni tenemos la capacidad de hacerlo tampoco.

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