José Luis Rebordinos.
José Luis Rebordinos.

 

San Sebastián (España), 1EFE).- El cine latinoamericano está «muy fuerte desde un punto de vista creativo» pero algunos países se enfrentan a un «problema grave» para promocionar sus películas en el extranjero, afirma el director del Festival de Cine de San Sebastián, José Luis Rebordinos.

En una entrevista con Efe en la que repasa lo más importante de la 67 edición del Festival, que se celebra del 20 al 28 de septiembre, Rebordinos subraya la cada vez mayor presencia de realizadoras, los premios especiales de este año y la salud del sector en Latinoamérica.

Sobre la creciente presencia de películas dirigidas por mujeres, señala que este año han visto más filmes «interesantes», probablemente, porque desde la base empieza a haber un apoyo al cine hecho por éstas».

«Veremos si en los próximos años se confirma esa tendencia», añade, antes de detallar que en esta edición un 35 % de los títulos que compiten por la Concha de Oro, el máximo galardón, son de realizadoras (en 2018 fue un 26 %) y que la sección New Directors «está al 50 por ciento».

Rebordinos, contrario a las cuotas, asegura que han conocido estas estadísticas «a posteriori», pues durante la selección no se fijaron en el género: «Sería absolutamente patriarcal y machista que eligiéramos una película de una mujer si nos parece mucho peor que la de un hombre».

Pero también subraya la importancia de todas las tareas desempeñadas por las mujeres en el proceso de creación de una película -productoras, guionistas, directoras de fotografía, montadoras o músicas- más allá de la «obsesión por las directoras».

El certamen entregará sus premios especiales Donostia a la actriz española Penélope Cruz, el realizador griego Costa-Gavras y el actor canadiense Donald Sutherland.

Sobre Cruz, destaca que «es una estrella internacional y una gran actriz que cada año está mejor y que va a quedar para la historia del cine español, seguro. Y es una de las grandes a nivel mundial, como (Pedro) Almodóvar o (Javier) Bardem. Pero como son nuestros, creo que a veces no reconocemos su trabajo, no nos damos cuenta de la importancia que tienen. El premio es una reivindicación también de eso», resalta.

Reflexionando sobre el cine latinoamericano, destaca que «hace seis u ocho años parecía que se estabilizaban las cosas, que la producción tenía fuerza, que tenían dinero para moverse por el mundo. El problema que tiene ahora América Latina es político, social y económico», afirma el responsable del certamen.

Cita la situación de Argentina, donde, pese a mantenerse las ayudas para que sus filmes viajen a festivales internacionales, «sufren la devaluación de su moneda».

Y acaban de recibir la noticia de que en Brasil «parece ser que se suspenden las ayudas a los directores y productores para acudir a los diferentes festivales».

«Cuando en un país las ayudas al cine bajan, esas cinematografías tienen menos fuerza», añade Rebordinos, que coloca a Chile en el lado opuesto, «con un organismo que funciona muy bien promocionando el cine chileno, cuya presencia internacional es brutal».

En el caso del Festival de San Sebastián, prácticamente hay participación de películas chilenas en todas las secciones del certamen, algo que ocurre también con las procedentes de Argentina, que presenta en la Sección Oficial, en una proyección especial fuera de concurso, «La odisea de los giles», de Sebastián Borensztein, protagonizada por Ricardo y Chino Darín.

Al máximo galardón, la Concha de Oro, aspiran «Vendrá la muerte y tendrá tus ojos», del chileno José Luis Torres Leiva, y la mexicana «Mano de obra», ópera prima de David Zonana, que Rebordinos califica de «sorprendente».

Considera que la participación de películas latinoamericanas en este Festival de San Sebastián es similar a la de años anteriores.

«Mi impresión es que estamos en un momento de ‘impasse’. A ver qué pasa con las elecciones argentinas y el régimen de (el presidente brasileño Jair) Bolsonaro. Es un momento complicado», comenta el director de este certamen, que insiste en la calidad de las propuestas creativas de esas cinematografías.

«Igual han perdido un poco de fuerza alguno de los más fuertes. Sin embargo, empiezan a salir países que tienen muy poca producción, pero la que tienen es interesante, como Costa Rica», explica.

«Además es un cine muy plural, se producen películas comerciales para el consumo interno, comerciales que pueden verse en cualquier país y filmes más radicales», subraya. EFE

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